Empecemos por el IPO. Una Oferta Pública Inicial (IPO por sus siglas en inglés) es el proceso por el cual una empresa coloca sus acciones por primera vez entre los inversionistas a través de una Bolsa de Valores. Las principales ventajas que tiene un IPO son: 1) le permite a la empresa obtener una valoración objetiva de los planes de negocios por parte del mercado, (es decir los precios de la acción suben cuando los inversionistas creen que las cosas marchan bien en la empresa, y cuando no, los precios caen); y 2) le da liquidez a los accionistas (la posibilidad de vender fácilmente sus acciones cuando lo necesiten).
Una de las partes más importantes dentro de un IPO, es la definición del precio al que se venderán las acciones a los inversionistas. Este precio es fijado por la empresa en base a las recomendaciones recibidas por su asesor (en este caso la firma Morgan Stanley), y para lo cual se considera tanto el valor intrínseco de la empresa (que está dado por la capacidad que tiene la empresa para generar ingresos en el futuro, el ritmo de crecimiento y el riesgo) y por el interés generado por la emisión (nivel de demanda). Y es precisamente el alto nivel de demanda por la acción de Facebook (tanto de inversionistas informados como de inversionistas noveleros), lo que llevó a Zuckerberg a decidir elevar el precio de colocación de US$ 28 a US$ 38.
De acuerdo a la valoración realizada por Aswath Damodaran, profesor de Stern (escuela de negocios de NYU) y máximo gurú de las Finanzas Corporativas en el mundo, el valor de la acción de Facebook, asumiendo que la empresa es capaz de mantener un crecimiento de sus ingresos del 40% para los próximos 5 años, debería rondar los US$ 29, es decir bastante más cercano al rango inicial, que al precio al que finalmente se colocó la acción en el mercado.
Al momento de escribir este artículo, el precio de la acción de Facebook había caído hasta los US$ 32, es decir un 16% respecto al precio del IPO. Es decir que si los inversionistas que participaron del IPO pagaron US$ 16.000 millones, a la fecha han perdido de US$ 2.560 millones. Eso es mucha plata perdida por parte de muchos inversionistas.
A primera vista pudiera pensarse que Zuckerberg también ha perdido una gran fortuna, ya que al mantener una participación del 22% en Facebook, su inversión pasó de US$ 22.900 millones al precio de US$ 38 a US$ 19.000 millones al precio de US$ 32, pero si comparamos con el valor intrínseco estimado por Damodaran (US$ 29), nos daremos cuenta que al momento Zuckerberg sigue teniendo una utilidad de US$ 1.800 millones, si a esto le sumamos US$ 1.200 millones (su parte en el IPO), llegaremos a la conclusión de que aunque puede haber mucha gente decepcionada por el IPO de Facebook, Mark Zuckerberg tiene 3.000 millones de razones para no estarlo.
* Artículo publicado originalmente en LaRepublica.ec el 24 de mayo de 2012
